Esta Iglesia formaba parte del conjunto del Real Convento de Carmelitas Calzados.
Se encuentra en el Barrio del Arrabal. Se cita entre los diecisiete conventos representados en el capítulo general carmelitano de Perpignan del año 1354.
Su fundación se atribuye al infante castellano D. Alfonso de la Cerda, nieto del rey de Castilla, D. Alfonso X y ha de remontarse al primer tercio del s. XIV.
Los restos más antiguos del primitivo convento pueden apreciarse en la fachada de la capilla de la Soterraña y una pequeña parte del claustro primitivo.
A finales del s. XV y hasta bien entrado el s. XVI se acometió la obra de la iglesia mayor con su crucero y ábside góticos y su nave.
En la segunda mitad del s. XVII se iniciaron las intervenciones barrocas. Hacia 1650 se hizo el retablo mayor de la iglesia, por obra de Nicolás Martínez Ponce de Urrana, hermano de Diego Martínez Ponce de Urrana, quien tuvo a su cargo la construcción de Nuestra Señora de los Desamparados de Valencia entre 1652 y 1666. En 1652 se comenzaría la construcción de la portada lateral de la iglesia y a continuación las obras del claustro nuevo, —actual Museo de Requena— siendo prior fray José de Lorenzana. De esta época son también el camarín de la Virgen, el trasagrario y la cripta. Destaca su zócalo de azulejería valenciana. Todas estas obras se terminarían a lo largo del s. XVIII.
En 1831 se sustituyó el retablo mayor barroco de la iglesia de El Carmen por el neoclásico que aún se conserva.
Entre los hijos de este convento destaca el requenense Fray Antonio de Heredia (Requena, 1510- Vélez, Málaga 1607), quien mantuvo una estrecha relación con Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz y fue uno de los pilares de la reforma de la orden de los carmelitas, además de desempeñar un papel fundamental en el redacción de las nuevas Constituciones de los Descalzos.